A la sombra de la Acrópolis y sus antiguos templos, en la ladera de la colina, nos encontramos con Plaka, con un aire de pueblo, estrechas calles de adoquines llenas de pequeñas tiendas de joyas, ropa y cerámica local. Las terrazas de los cafés y tavernas familiares cierran tarde, y el Cine Paris pone películas al aire libre. No se pierda uno de los rincones idílicos de Plaka: Anafiotika. Sus pintorescas casas blancas y sus estrechas callejuelas son una reminiscencia de Anafi, un pueblo de las Cícladas.